La novela SLAUGHTERHOUSE-FIVE (MATADERO CINCO) de Kurt Vonnegut da nombre a esta vieja carnicería que aún conserva su mostrador y los ganchos en la pared. Esta librería carnicería nos convoca para sesiones de cine, talleres varios y su club gourmet literario.
Degusta sus libros y sus platos como Crema de boletus, ajos tiernos y cecina de Ignatius Reilly.
“Cuatro de los obreros varones abrazaban a Ignatius por los descomunales jamones que tenía por muslos, y, con considerable esfuerzo, estaban subiéndole a una de las mesas de cortar. Sobre los hombros de sus porteadores, Ignatius aullaba instrucciones como si
supervisase el cargamento de la mercancía más rara y valiosa.”
“Cambiando el peso del cuerpo de una cadera a otra a su modo pesado y elefantíaco, Ignatius desplazó oleadas de carne que se ondularon bajo el tweed y la franela, olas que rompieron contra botones y costuras. Una vez redistribuido el peso de este modo consideró
el gran rato que llevaba esperando a su madre. Consideró en especial el desasosiego que estaba empezando a sentir. Parecía que todo su ser estuviera a punto de estallar, desde las hinchadas botas de ante, y, como para vericarlo, Ignatius desvió sus ojos singulares hacia
los pies. Los pies parecían hinchados, desde luego.
Estaba decidido a ofrecer la visión de aquellas botas hinchadas a su madre como prueba de la desconsideración con que le trataba. Al alzar la vista, vio que el sol empezaba a descender sobre el Mississippi al fondo de la Calle Canal. El reloj de Holmes marcaba casi las cinco. Ignatius estaba puliendo ya unas cuantas acusaciones cuidadosamente estructuradas, destinadas a inducir a su madre al arrepentimiento o, por lo menos, a la confusión. Tenía que mantenerla en su sitio.”
– Extraído de “La conjura de los necios” de John Kennedy Toole