El índice de la FAO para los precios de los alimentos es una medida de la variación mensual de los precios internacionales de una selección de productos alimenticios. Consiste en el promedio de los índices de precios de cinco grupos de productos básicos (que representan 55 cotizaciones), ponderado con las cuotas medias de exportación de cada uno de los grupos para 2002-2004.
El índice de precios de los cereales de la FAO se situó en diciembre en un promedio de 250 puntos, esto es, un descenso de 6 puntos (o un 2,3 %) desde noviembre. En 2012, el índice registró un promedio de 241 puntos, es decir, un 2,4 % menos que en 2011. Tras repuntar durante el período comprendido entre julio y septiembre de 2012 debido a la incertidumbre sobre la producción y a la creciente escasez de la oferta, las cotizaciones de las exportaciones de cereales disminuyeron a causa de la caída de la demanda para el uso como pienso y con fines industriales. En diciembre, los precios del maíz se redujeron drásticamente porque la gran oferta para la exportación existente en América del Sur redujo la presión ocasionada por las reducidas disponibilidades existentes en los Estados Unidos de América. Los precios del arroz también se redujeron en diciembre a causa de las buenas cosechas previstas, mientras que los valores correspondientes al trigo apenas variaron debido a la moderada actividad comercial.
El índice de precios de la carne de la FAO registró en diciembre un promedio de 176 puntos, esto es, un valor ligeramente más bajo que el registrado en noviembre. Las cotizaciones de todas las categorías de carne se mantuvieron cercanas al nivel de noviembre, salvo la carne de cerdo, que disminuyó 3 puntos (o un 2,0 %). El índice registró un promedio de 175 puntos en 2012, esto es, el valor anual más elevado tras 2011, cuando alcanzó 177 puntos. La variación de precio más notable registrada en 2012 correspondió a la carne de ovino, cuyo índice se redujo un 8,3 % con respecto al récord alcanzado en 2011. En general, el sector de la carne se ha visto obligado a centrarse en el aumento de la productividad, ya que el incremento del costo de los piensos no ha sido compensado por unos precios más elevados de los productos.